¿Existe el hambre emocional?

1 Dic, 2023

Todos los seres vivos necesitamos comer para sobrevivir. Para ello, el cuerpo envía señales que hacen que busquemos comida y nos alimentemos, para que de esta forma no termines muriendo por inanición. Estas señales que sentimos dentro y que nos hacen buscar comida le llamamos hambre.

Pero ultimamente se escucha en boca de cada vez más personas los términos “hambre real” y “hambre emocional”. ¿Tiene todo esto algún tipo de sentido? Vamos a verlo.

Primero de nada debemos saber cómo nace esa sensación que denominamos hambre, y lo vamos a explicar de forma resumida y sencilla:

    1. Nuestro cuerpo siempre va a querer “guardar” todo lo que encuentre, por lo que si vemos comida lo normal es que este nos pida comerla (porque no entiende que ya no vivimos en la época de las cavernas y que tenemos comida a cascoporro a la vuelta de la esquina).
    2. Para ello, en nuestro organismo, diferentes hormonas son liberadas para sensibilizar o desensibilizar áreas de nuestro cerebro relacionadas con el placer hedónico por la comida y la búsqueda de alimentos. Vemos claramente aquí que lo real (hormonas) y emocional (emociones) no son aspectos dicotómicos, sino que la subida o bajada de lo primero influye en lo segundo.

El hambre, por tanto, es un constructo que depende de múltiples factores que tienen que ver con niveles de determinadas hormonas, aprendizajes asociativos (mirar experimento del perro de Paulov), ritmos circadianos (tenemos más o menos hambre a determinadas horas del día), aspectos hedónicos de la comida (en diferentes estudios se observa como animales ingieren más cantidad de comida condimentada vs sin condimentar), etc.

Pero todo esto no implica necesariamente la existencia de una dicotomía entre “hambre real” y “hambre emocional”. Muchas veces el problema es que se suele confundir el término emoción con refuerzo negativo y condicionamiento a señales. Como bien exponen en un artículo del Instituto de Ciencias de Nutrición y Salud (ICNS):

“Se llama inapropiadamente «emocional» a procesos muy diferentes de refuerzo negativo, memorias de procedimientos, estados afectivos, rasgos de personalidad, falta de inhibición, dificultades ejecutivas… e incluso a la propia alexitimia. Todo son, supuestamente, «emociones». Hablamos de rasgos neurológicos en buena medida genéticos, por lo que llamar «emocional» a procesos tan diferentes no puede ser más frívolo para las personas que tienen problemas de conducta alimentaria. A veces lo alimentario es secundario.”

Seguir divulgando contenido de este tipo relacionado con aspectos y términos tan complejos como pueden ser el hambre, no hace más que dejar en mal lugar a la nutrición y la psicología, confundir a las personas sobre sus emociones e infantilizar profesiones tan importantes para la salud de la población.

 

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