Hola de nuevo! Hoy os vengo a hablar sobre un tema del que os había comentado en RRSS hace unas semanas, y es sobre el uso actual de las redes sociales y qué implicaciones trae esto para nuestra salud.
Cuando empecé a publicar en redes sociales sobre alimentación, lo hice con la idea de aportar algo para todos vosotros y dar a conocer mi negocio y profesión. Pero poco a poco todo lo que iba publicando empezó a abarcar ámbitos más ajenos a la nutrición, como temas relacionados con el deporte, psicología y salud en general.
Para comenzar hay que comentar un punto que me parece curioso, que es que los propios creadores de Facebook, Instagram, Twitter… tienen terminantemente prohibido en sus casas usar estas aplicaciones, tal y como ya comentó en alguna ocasión algún exdirector que trabajaba para estas compañías. Imaginarios si yo creo un producto y se lo prohibo comer a los de casa: pues oye, a lo mejor es que el producto está envenenado… (CLICK AQUÍ PARA VER NOTICIA).
Además, hay que pensar en algo: las redes sociales son un producto gratuíto. Ninguna empresa puede prosperar sin cobrar a sus clientes, por lo que si no pagamos nosotros, tienen que sacar beneficio de otro lado (en este caso utilizando nuestros datos con la finalidad de saber más acerda de nuestro comportamiento, conocer nuestros gustos, y finalmente usarlos para otros fines).
REPERCUSIONES PARA LA SALUD Y EL COMPORTAMIENTO HUMANO
Pues bien, pasemos con lo interesante: el uso continuado de estas aplicaciones se ha relacionado en numerosos estudios con peor estado de ánimo, depresiones, ansiedad y cambios relacionados con nuestro comportamiento (1).
Entre estos cambios encontramos unos especialmente relevantes, y que están relacionados con la inmediatez y la poca capacidad de atención.
Las RRSS están diseñadas para que el contenido que se visualize no lleve a la reflexión ni a pensar lo que estamos viendo. Simplemente están diseñadas para consumir, como si estuviésemos comiendo comida que no saboreamos. De aquí surje un problema muy grande, que es que no entrenamos partes del cerebro necesarias para la toma de decisiones. Una de esas partes es el córtex prefrontal, que se encarga de tomar las decisiones sobre nuestra conducta en base a la información que obtenemos del medio por otros canales (ojos, olfato, distintas partes del cerebro…). Cuando leemos un libro, por ejemplo, necesitamos varias cosas:
- Primero, leer las palabras, frases y párrafos, e ir uniendo poco a poco la información de forma que tenga sentido entre si.
- Luego, necesitamos “visualizar” o interpretar el texto que estamos leyendo: si estamos leyendo una novela, imaginamos cómo son los personajes y la historia contada; si estamos leyendo un ensayo sobre medicamentos, necesitamos analizar si lo que nos están contando suena creíble, si todo tiene sentido, o si el texto presenta fallos por algún punto.
- Y para todo esto, es necesario usar el cerebro en su casi totalidad, algo que no sucede cuando vemos contenido banal, sobre humor, recetas, o cualquier chorrada de las que salen en estas aplicaciones.
Por otro lado, vemos cómo las RRSS llevan a que nuestro cerebro busque cosas “rápidas e inmediatas”: ver todo el día contenido en Instagram, o vídeos cortos en TikTok, ha hecho que las personas no seamos capaces de concentrarnos por más de 2-3 minutos en una misma tarea (en parte debido al “modo multitarea” en el que nos sumerjemos al utilizar estas aplicaciones), según algunos estudios (2). Si el cerebro no quiere dedicarle tiempo a ver una película o leer un libro durante 1-2 horas, qué nos hace pensar que va a tener ganas de ponerse a cocinar una receta saludable durante 30-60 minutos, o hacer ejercicio durante una hora? Cada vez vamos a querer más la comida rápida, que se preparar en 5 minutos y nos va matando poco a poco, o vamos a querer hacer ejercicio 2 semanas y querer los resultados que se consiguen en 2 años.
Y por último, el mundo de las RRSS no existe. Los cuerpos que vemos en los vídeos o fotos que se suben están editados, las personas que vemos limpiando su casa, haciendo deporte y llevando una vida de éxito no representan la realidad del 90% de la población… pero el problema de todo esto es que, aunque nosotros lo entendamos, nuestro subconsciente no, y poco a poco nos va a pedir que seamos así, y que seamos personas de éxito ya! Lamento deciros, aunque seguramente ya lo sepais, que una persona no se puede hacer rica de la noche a la mañana. Ni rica, ni lucir un cuerpo de revista ni llegar a una vida de paz y significado de la noche a la mañana.
El consejo que os puedo dar es que dejeis de usar estas aplicaciones cuanto antes, y que queden limitadas a lo mínimo indispensable, como puede ser dar a conocer un negocio, aunque seguramente no las necesitemos ni para eso.
El problema es que, para dejar de usarlas, primero tenemos que querer hacerlo, luego tenemos que buscar ayuda (como cuando queremos dejar de fumar, algo que a día de hoy parece incluso más fácil…) y por último debemos hacer un esfuerzo personal para conseguirlo. Pero parece que no estamos interesados en solucionar este problema, sino, las cosas habrían cambiado hace mucho tiempo.
Y, para concluir, el problema no es solamente nuestro: necesitamos gobiernos en condiciones que legislen frente a estos monstruos tecnológicos, ya que nosotros solos no podemos hacer frente a semejantes empresas, pero ya veo que el interés de nuestros gobernantes es otro distinto al de cuidar a sus ciudadanos…
Espero que esta publicación inspire a la reflexión sobre a qué dedicamos parte de nuestro tiempo diario, y ojalá las cosas cambien antes de que sea demasiado tarde.
(1) https://www.icns.es/tfm-impacto_redes_sociales_sobre_salud_mental
(2) https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27063068/
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